Se ponen las obleas en la encimera, las rellenamos con cabello de ángel y las cerramos como si fueran empanadillas de toda la vida. Las tenemos que cerrar bien porque si se sale el interior salpican de una forma asesina y con el miedo que me da a mí freír nada.... me tendríais que haber visto. Se frien en aceite calentito. Cuando están doradas las pasamos a un plato con papel de cocina para que absorvan el aceite y las espolvoremos con azúcar y canela. Que aproveche.
de dieta totalmente¡¡ molt bona pinta¡¡
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